Cada variedad se vendimia y elabora por separado. Tras rigurosos controles, el equipo técnico de la bodega determina la maduración fenólica ideal y comienza la vendimia. Una vez recibida la uva en la bodega, es enfriada para inhibir la fermentación mientras hacemos remontados frecuentes para una mayor extracción de materia colorante, precursores aromáticos y sólo los taninos dulces. Después se fermenta a temperatura controlada de 22-24ºC, con remontados suaves. El prensado se efectúa en prensa neumática y la fermentación maloláctica, en depósitos de acero inoxidable. Los procesos de clarificación, estabilización y filtrado de los vinos antes de su embotellado se realizan de la manera más respetuosa posible, para conservar al máximo su carácter.