Actualmente, tras pasar por las manos de diferentes propietarios a lo largo de su historia, La Bodega de Serapio es gestionada por los hermanos Pérez Abiétar, quienes han llevado a cabo su última reforma. Han transformado esta emblemática bodega en un local de referencia, único, entrañable y acogedor, manteniendo al máximo la esencia de la antigua bodega. Han conservado elementos representativos como las tinajas, el pozo, el suelo y la barra, y han recuperado conceptos ya desaparecidos como el vino a granel directamente de los depósitos y el descorche de botellas. Además, han ampliado la oferta de productos y han renovado el servicio, llevándolo a un nivel excelente.