Mácula, que en latín significa "mancha", se interpreta en este vino como recuerdo o sensaciones imborrables. Es elegante y complejo. Un tinto navarro que no pasa desapercibido por su estructura, equilibrio y fondo mineral. Con una crianza de dos años en depósitos de hormigón, posee una nariz delicada, marcadamente especiada, y un final largo, sutil y fresco.