

Invierno lluvioso que provee a la planta de reservas para arrancar de forma enérgica con temperaturas moderadas y una gran nevada por medio que dota a la tierra de más reservas si cabe. La primavera arranca lluviosa y continúa lloviendo moderadamente pero muy bien caído y continúo, el verano es muy seco sin llover prácticamente nada hasta mediados de agosto, pero tampoco ha sido muy caluroso. Tan sólo días puntuales se llega a 37/38º pero siempre con noches frescas, la ausencia de lluvias y altas temperaturas logran una gran y homogénea maduración.
A mediados de septiembre una semana continua de lluvias hace que la etapa final del ciclo termine de manera idónea y le otorga la frescura para que finalice madurando lentamente y de forma impecable con gran acidez y sin sobre maduraciones.
Su intenso color rojo rubí, aun con tonos violáceos os presagia su gran concentración. Interesante equilibrio aromático entre las notas florales de la garnacha que aportan frescura, con las especias y tostados de un Cabernet bien maduro
Ficha técnica