Las uvas de la variedad pedro ximénez permanecen tres semanas al sol con el fin de deshidratarse y concentrar azúcares y aromas. Este proceso, conocido con el nombre de soleo, reduce drásticamente los rendimientos: de cada 1000 kilos de uva se obtienen tan sólo 300 de pasas, de los que se obtienen unos escasos y maravillosos 200 litros. Se trata de un proceso costoso y laborioso, auténtico responsable de la calidad del vino resultante.
Después de tanto mimo y meticulosidad en viña y bodega, el vino proseguirá su elaboración con una fermentación y crianza en botas de roble americano durante 3 meses hasta ofrecer un PX como pocos: un vino ligero, elegante y fresco, de tacto untuoso como corresponde a un buen pedro-ximénez, en el que apenas se intuyen aromas oxidativos ni de crianza. En cada botella de Ximénez-Spínola PX Añada encontrarán la esencia de la uva pasificada, sin artificios ni adornos innecesarios, pura dulzura natural.