Este vino dulce de Pedro Ximénez procede una de las soleras más antiguas de Alvear, la que representa el emblema de la casa y fue iniciada en 1927. Su crianza en botas de roble americano durante más de 6 años comienza tras la pasificación de las uvas al sol. Potente y denso, es ideal para acompañar quesos azules o chocolate negro.
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