EN SU MEJOR MOMENTO. Pontac fue el top de la gama de esta bodega hasta el nacimiento de su hermano mayor Pontac de Portiles, un vino de edición muy limitada (no mucho más de 3.000 botellas) que es como el rizo del rizo de la calidad y con el que, cosecha tras cosecha, se disputa las preferencias de los seguidores de esta casa elaboradora. Volviendo a Pontac 2013, nos interesa la riqueza de matices de su nariz (frutilla roja fresca, ecos de laurel, maderas preciosas, suaves notas de clavo), perfilada a lo largo de 21 meses en barrica nueva y algunos más en el botellero. Como la fresca y equilibrada elegancia de su boca, repleta de taninos vivos y redondos que se resuelven en un final balsámico y persistente. Un gran tinto riojano, en el cénit de su trayectoria